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2 ¿Porque a Tomás Moro se le nombra Santo Tomás Moro?
La despedida
de Tomás Moro a su hija Margarita, escrita en la cárcel poco antes de su martirio
de Tomás Moro a su hija Margarita, escrita en la cárcel poco antes de su martirio
"Ten, pues, buen ánimo, hija mía, y no te preocupes por mi, sea lo que sea que me pase en este mundo. Nada puede pasarme que Dios no quiera. Y todo lo que él quiere, por muy malo que nos parezca, es en realidad lo mejor".
"Aunque estoy convencido, mi querida Margarita, de que la maldad de mi vida pasada es tal que merecería que Dios me
abandonase del todo, ni por un momento dejaré de confiar en su inmensa bondad. Hasta ahora, su gracia santísima me
ha dado fuerzas para postergarlo todo: las riquezas, las ganancias y la misma vida, antes de prestar juramento en
contra de mi conciencia".
abandonase del todo, ni por un momento dejaré de confiar en su inmensa bondad. Hasta ahora, su gracia santísima me
ha dado fuerzas para postergarlo todo: las riquezas, las ganancias y la misma vida, antes de prestar juramento en
contra de mi conciencia".
1. Tomás Moro vivió una extraordinaria carrera política en su país. Prosiguió después los estudios de leyes en Oxford y Londres, interesándose también por amplios sectores de la cultura, de la teología y de la literatura clásica, sabía (aprendío) muy bien la lengua griega
2. Cultivó la amistad con los frailes menores observantes del convento de Greenwich, sintiéndose llamado al matrimonio, a la vida familiar, se casó en 1505 con Juana Colt, de la cual tuvo cuatro hijos. Juana murió en 1511 y Tomás se casó con su segunda esposa Alicia Middleton, viuda con una hija. Fue durante toda su vida un marido y padre cariñoso y fiel, profundamente comprometido en la educación religiosa, moral e intelectual de sus hijos, Tomás asistía diariamente a misa en la iglesia parroquial.
3. En 1504, bajó el rey Enrique VII, fue elegido por primera vez para el Parlamento. Enrique VIII le renovó el mandato en 2510 y lo nombró también representante de la Corona en la capital, abriéndole así una brillante carrera en la administración pública. En la década sucesiva, el rey lo envió en varias ocasiones para misiones diplomáticas y comerciales. Nombrado miembro del Consejo de la Corona, Juez presidente de un tribunal importante, en 1523 llegó a ser portavoz.
Como primer laico en ocupar este cargo, Tomás afrontó un periodo extremadamente difícil
esforzándose en servir al rey y al país. Fiel a sus principios se empeñó en promover la justicia. En 1532, no queriendo dar su apoyo al proyecto de Enrique VIII, que quería asumir el control sobre la Iglesia en Inglaterra, presentó su dimisión. Se retiró de la vida pública aceptando sufrir con su familia la pobreza.
Constatada su gran firmeza en rechazar cualquier compromiso contra su propia conciencia, el Rey, en 1534, lo hizo encarcelar en la Torre de Londres donde fue sometido a diversas formas de presión psicológica. Tomás Moro no se dejó vencer y rechazó prestar el juramento que se le pedía, porque ello hubiera supuesto la aceptación de una situación política y eclesiástica que preparaba el terreno a un despotismo sin control. Tenía propias convicciones sobre la indisolubilidad del matrimonio y tras un tiempo fue decapitado.
En 1850 fue restablecida en Inglaterra la jerarquía católica. Así fue posible iniciar las causas de canonización de numerosos mártires. Tomás Moro, junto con otros 53 mártires, entre ellos el obispo Juan Fisher, fue beatificado por el Papa León XIII en 1886. Junto con el mismo obispo, fue canonizado después por Pío XI en 1935, con ocasión del IV centenario de su martirio.
4. Son muchas las razones a favor de la proclamación de Santo Tomás Moro como patrono de los gobernantes y de los políticos. Entre éstas, la necesidad que siente el mundo político y administrativo de modelos creíbles, que muestren el camino de la verdad en un momento histórico en el que se multiplican arduos desafíos y graves responsabilidades. por otra parte, las conquistas científicas en el sector de las biotecnologías agudizan la exigencia de defender la vida humana en todas sus expresiones, mientras las promesas de una nueva sociedad.
En este contexto es útil volver al ejemplo de santo Tomás Moro que se distinguió por la constante fidelidad a las autoridades y a las instituciones legítimas, precisamente porque en las mismas quería servir no al poder, sino al supremo ideal de la justicia. Convencido de este riguroso imperativo moral, el estadista inglés puso su actividad pública al servicio de la persona, especialmente si era débil o pobre. El equilibrado conocimiento de la naturaleza humana. Su santidad, que brilló en el martirio, se forjó a través de toda una vida entera de trabajo y de entrega a Dios y al prójimo.
Refiriéndome a semejantes ejemplos de armonía entre la fe y las obras. Esta armonía entre lo natural y lo sobrenatural es tal vez el elemento que mejor define la personalidad del gran estadista inglés. Él vivió su intensa vida pública con sencilla humildad, caracterizada por el "buen humor", incluso ante la muerte. Éste es el horizonte a donde le llevó su pasión por la verdad. El hombre no se puede separar de Dios, ni la política de la moral.
Y fue precisamente en la defensa de los derechos de la conciencia donde el ejemplo de Tomás Moro brilló con intensa luz. Se puede decir que él vivió de modo singular el valor de una conciencia moral que es "testimonio de Dios mismo, cuya voz y cuyo juicio penetran la intimidad del hombre hasta las raices de su alma". La historia de santo Tomás Moro ilustra con claridad una verdad fundamental de la ética política.
3¿Porque Tomás Moro es Humanista?
EL HUMANISMO
En toda Europa, a comienzos del siglo XVI, la civilización del Renacimiento se considera las dos «transformaciones» de John Hale: la recuperación de la antigüedad clásica el pensamiento humanista.
El humanismo es el inicio del Renacimiento. Toda la polémica sobre los orígenes del Renacimiento coincide en señalar a la filosofía humanista como el gran motor que produciría la transformación del pensamiento medieval en pensamiento moderno. Pero sobre todo, como ha señalado con precisión, entre nosotros, Francisco Rico 6, en el humanismo se propuso restaurar el ideal educativo de la Antigüedad, para dar al hombre un cierto tipo de «cultura general» a través de los estudios humanistas.
Un pasado remoto pero más cercano a sus preocupaciones que los siglos de la Edad Media, todo lo que había que hacer, en los campos, en la actividad política, progreso de la cultura, parecía como si ya estuviese hecho. Se trataba de leer los textos clásicos como modelo de quienes aprenden el arte de gobernar, de hacer la guerra, de crear obras artísticas, de forma que el estudio del mundo antiguo se convirtiera en fuerza cultural.
Como compartirían los humanistas desde Verguerio (1402), la educación que tenía que facilitar el contacto con el pasado, que enriquecería la vida en el presente. De esta forma, se anudaron los dos ejes más importantes del Renacimiento.
Como dejó escrito Truyol y Serra7, «hay, en efecto, un primer humanismo paganizado, el protagonizado por Lorenzo Valla; un humanismo cristiano, el de Erasmo de Rotterdam, Tomás Moro y nuestro Luis Vives, y una tendencia ecléctica o intermedia como fue la integrada por el pensamiento de Pico della Mirandola y Marsilio Ficino».
EL HUMANISMO INGLÉS
El humanismo inglés se nutre fundamentalmente de Erasmo porque, aunque hubiera humanistas en Inglaterra(sir Thomas Malory, John Lydgate y John Skelton8), fue Erasmo, que viajó varias veces a Oxford, quien más influyó sobre la primera generación de verdaderos humanistas ingleses, integrada por John Colet (1466-1519), sir Tomás Moro (1478-1535), y en la que hay que incluir también a Reginald Pole (1500-1558), sobrino del propio rey Enrique VIII.
Todos ellos compartieron la fe humanista en el hombre y en la necesidad de su educación para el perfeccionamiento de su naturaleza caída.
Al humanismo del norte de Europa se le ha catalogado como el «renacimiento de las buenas letras» en el sentido de educar de manera alegre, haciendo de la literatura algo instructivo pero al tiempo agradable, divertido. De ahí el entusiasmo de Moro, a los que luego he de referirme, o el propio título de la obra: Utopía.
De entre todos, John Colet fue el principal activista.
El cambio fonético y la configuración de un nuevo ritmo del lenguaje interrumpieron la tradición literaria vernácula e hicieron necesario un largo proceso para poder llevar a cabo la expresión poética en el nuevo medio idiomático. Por el retraso del Renacimiento inglés frente al de otros países, la literatura inglesa pudo recibir y transformar abundantes influencias y modelos del continente. El ideario humanístico, elementos estilísticos del Renacimiento, del Prebarroco y del Barroco, coexisten en Inglaterra y se funden entre sí.
Existe en Inglaterra otra situación política, diferente a la del continente. Los humanistas desarrollan su actividad en Inglaterra en una época en que la dinastía Tudor llevó a cabo la separación de Roma de la Iglesia inglesa y comenzó a levantar una Iglesia estatal propia.
El Renacimiento literario se llevó a cabo en las décadas en que los ingleses, bajo los Tudor, se configuraron como nación. Así se despertó una amplia capa social, un vivo interés en cuestiones políticas y de filosofía del Estado.
4¿Porque Tomás Moro se opone a Enrique VIII?
Campaña contra la reforma
Moro vio que la Reforma protestante amenazaba a la iglesia Católica. Sus
primeras acciones contra la Reforma incluyeron a ayudar al cardenal Wolsey a deshacerse de libros luteranos que importaban en Inglaterra. Espiar e investigar a protestantes (especialmente los editores) y detener a cualquier persona con posesión, transporte o venta de libros de la reforma protestante.
Circularon rumores durante y después de su vida, sobre malos tratos a herejes durante su etapa como ministro de Justicia. El popular polemista anti-católico "John Foxe" fue fundamental en la difusión de las acusaciones contra Moro en El Libro de los Mártires, confirmando que utilizaba a menudo la violencia y la tortura al interrogar. Más tarde, autores como Brian Moynahan y Michael Farris, citaron a Foxe al repetir estas acusaciones. Pero él negó estas acusaciones. Admitió que se encarceló herejes en su casa -"para mantenerlos seguros"- pero rechazó totalmente las acusaciones de torturas y azotes.
En total fueron seis personas quemadas en la hoguera por herejía durante su periodo como canciller. Thomas Hitton, Thomas Bilney, Richard Bayfield, John Tewkesbery, Thomas Dusgate y James Bainham. Su supuesto papel influyente en la quema de Tyndale es denunciado por B. Moynahan.
Quemar en la hoguera era un castigo, una treintena de hogueras habían ardido en el siglo anterior a la cancillería de Moro, y siguió siendo utilizada por Católicos y protestantes durante la agitación religiosa de las décadas siguientes. El historiador Chambers señaló que "Al mismo tiempo que Moro negaba con indignación las locuras que decían, él quería que todo el mundo supiera lo contrario, a saber que era necesario prohibir la siembra de herejía, y en casos extremos, era necesario aplicar la pena de muerte a los que desafiaran tal prohibición".
Los biógrafos como Peter Ackroyd historiador católico inglés, le atribuyen una posición moderada y hasta relativamente tolerante en la lucha contra el protestantismo Richard Marius, estudioso norteamericano de la Reforma, fue más crítico, al creer que las persecuciones eran una traición a las convicciones humanistas de Moro. Marius escribió en su biografía de Moro. " Estar delante de un hombre en una inquisición, sabiendo que él se regocijará cuando muramos, sabiendo que nos enviará a la hoguera y sus horrores en un momento, si no hacemos lo que le satisface, no es una experiencia menos cruel solo porque nuestro inquisidor no nos torture o nos grite".
Cuando el clero inglés hubo sometido al rey en febrero de 1531, y lo aceptó como cabeza de la Iglesia. Las victimas sufrían una muerte cruel por "necesidades" de la razón de Estado. Pero estas necesidades cambiarían varias veces en los siguientes cincuenta años. En aquél momento febrero de 1531, Moro no disponía ya de ningún poder peligroso. De las tres quemas de herejes en los últimos seis meses de la cancillería de Moro fue responsable el nuevo obispo de Londres. en resumen: No se puede culpar a Tomás de persecuciones físicas de herejes. Sus manos no están manchadas de sangre.
Pero el historiador y académico alemán Peter Berglar, autor del libro La hora de Tomás Moro, señaló razones bastante diferentes para la ejecución de herejes de aquellas que inculparon a Tomás Moro. Belglar indicó que durante los doce años comprendidos entre 1519 y 1531, tiempo de influencia ascendente de Tomás Moro como Vicecanciller del Tesoro (1521), canciller del Ducado de Lancaster (1525), juez de la Cámara de la Estrella (1526), asesor del cardenal Thomas Wolsey, hasta su nombramiento como Lord Canciller el 26 de octubre de 1529, no se pronunció ni una sentencia de muerte por herejía en la diócesis de Londres. En cambio, fue durante la caída de Tomás Moro comenzaron las ejecuciones de herejes.
En toda Europa, a comienzos del siglo XVI, la civilización del Renacimiento se considera las dos «transformaciones» de John Hale: la recuperación de la antigüedad clásica el pensamiento humanista.
El humanismo es el inicio del Renacimiento. Toda la polémica sobre los orígenes del Renacimiento coincide en señalar a la filosofía humanista como el gran motor que produciría la transformación del pensamiento medieval en pensamiento moderno. Pero sobre todo, como ha señalado con precisión, entre nosotros, Francisco Rico 6, en el humanismo se propuso restaurar el ideal educativo de la Antigüedad, para dar al hombre un cierto tipo de «cultura general» a través de los estudios humanistas.
Un pasado remoto pero más cercano a sus preocupaciones que los siglos de la Edad Media, todo lo que había que hacer, en los campos, en la actividad política, progreso de la cultura, parecía como si ya estuviese hecho. Se trataba de leer los textos clásicos como modelo de quienes aprenden el arte de gobernar, de hacer la guerra, de crear obras artísticas, de forma que el estudio del mundo antiguo se convirtiera en fuerza cultural.
Como compartirían los humanistas desde Verguerio (1402), la educación que tenía que facilitar el contacto con el pasado, que enriquecería la vida en el presente. De esta forma, se anudaron los dos ejes más importantes del Renacimiento.
Como dejó escrito Truyol y Serra7, «hay, en efecto, un primer humanismo paganizado, el protagonizado por Lorenzo Valla; un humanismo cristiano, el de Erasmo de Rotterdam, Tomás Moro y nuestro Luis Vives, y una tendencia ecléctica o intermedia como fue la integrada por el pensamiento de Pico della Mirandola y Marsilio Ficino».
EL HUMANISMO INGLÉS
El humanismo inglés se nutre fundamentalmente de Erasmo porque, aunque hubiera humanistas en Inglaterra(sir Thomas Malory, John Lydgate y John Skelton8), fue Erasmo, que viajó varias veces a Oxford, quien más influyó sobre la primera generación de verdaderos humanistas ingleses, integrada por John Colet (1466-1519), sir Tomás Moro (1478-1535), y en la que hay que incluir también a Reginald Pole (1500-1558), sobrino del propio rey Enrique VIII.
Todos ellos compartieron la fe humanista en el hombre y en la necesidad de su educación para el perfeccionamiento de su naturaleza caída.
Al humanismo del norte de Europa se le ha catalogado como el «renacimiento de las buenas letras» en el sentido de educar de manera alegre, haciendo de la literatura algo instructivo pero al tiempo agradable, divertido. De ahí el entusiasmo de Moro, a los que luego he de referirme, o el propio título de la obra: Utopía.
De entre todos, John Colet fue el principal activista.
El cambio fonético y la configuración de un nuevo ritmo del lenguaje interrumpieron la tradición literaria vernácula e hicieron necesario un largo proceso para poder llevar a cabo la expresión poética en el nuevo medio idiomático. Por el retraso del Renacimiento inglés frente al de otros países, la literatura inglesa pudo recibir y transformar abundantes influencias y modelos del continente. El ideario humanístico, elementos estilísticos del Renacimiento, del Prebarroco y del Barroco, coexisten en Inglaterra y se funden entre sí.
Existe en Inglaterra otra situación política, diferente a la del continente. Los humanistas desarrollan su actividad en Inglaterra en una época en que la dinastía Tudor llevó a cabo la separación de Roma de la Iglesia inglesa y comenzó a levantar una Iglesia estatal propia.
El Renacimiento literario se llevó a cabo en las décadas en que los ingleses, bajo los Tudor, se configuraron como nación. Así se despertó una amplia capa social, un vivo interés en cuestiones políticas y de filosofía del Estado.
4¿Porque Tomás Moro se opone a Enrique VIII?
Campaña contra la reforma
Moro vio que la Reforma protestante amenazaba a la iglesia Católica. Sus
primeras acciones contra la Reforma incluyeron a ayudar al cardenal Wolsey a deshacerse de libros luteranos que importaban en Inglaterra. Espiar e investigar a protestantes (especialmente los editores) y detener a cualquier persona con posesión, transporte o venta de libros de la reforma protestante.
Circularon rumores durante y después de su vida, sobre malos tratos a herejes durante su etapa como ministro de Justicia. El popular polemista anti-católico "John Foxe" fue fundamental en la difusión de las acusaciones contra Moro en El Libro de los Mártires, confirmando que utilizaba a menudo la violencia y la tortura al interrogar. Más tarde, autores como Brian Moynahan y Michael Farris, citaron a Foxe al repetir estas acusaciones. Pero él negó estas acusaciones. Admitió que se encarceló herejes en su casa -"para mantenerlos seguros"- pero rechazó totalmente las acusaciones de torturas y azotes.
En total fueron seis personas quemadas en la hoguera por herejía durante su periodo como canciller. Thomas Hitton, Thomas Bilney, Richard Bayfield, John Tewkesbery, Thomas Dusgate y James Bainham. Su supuesto papel influyente en la quema de Tyndale es denunciado por B. Moynahan.
Quemar en la hoguera era un castigo, una treintena de hogueras habían ardido en el siglo anterior a la cancillería de Moro, y siguió siendo utilizada por Católicos y protestantes durante la agitación religiosa de las décadas siguientes. El historiador Chambers señaló que "Al mismo tiempo que Moro negaba con indignación las locuras que decían, él quería que todo el mundo supiera lo contrario, a saber que era necesario prohibir la siembra de herejía, y en casos extremos, era necesario aplicar la pena de muerte a los que desafiaran tal prohibición".
Los biógrafos como Peter Ackroyd historiador católico inglés, le atribuyen una posición moderada y hasta relativamente tolerante en la lucha contra el protestantismo Richard Marius, estudioso norteamericano de la Reforma, fue más crítico, al creer que las persecuciones eran una traición a las convicciones humanistas de Moro. Marius escribió en su biografía de Moro. " Estar delante de un hombre en una inquisición, sabiendo que él se regocijará cuando muramos, sabiendo que nos enviará a la hoguera y sus horrores en un momento, si no hacemos lo que le satisface, no es una experiencia menos cruel solo porque nuestro inquisidor no nos torture o nos grite".
Cuando el clero inglés hubo sometido al rey en febrero de 1531, y lo aceptó como cabeza de la Iglesia. Las victimas sufrían una muerte cruel por "necesidades" de la razón de Estado. Pero estas necesidades cambiarían varias veces en los siguientes cincuenta años. En aquél momento febrero de 1531, Moro no disponía ya de ningún poder peligroso. De las tres quemas de herejes en los últimos seis meses de la cancillería de Moro fue responsable el nuevo obispo de Londres. en resumen: No se puede culpar a Tomás de persecuciones físicas de herejes. Sus manos no están manchadas de sangre.
Pero el historiador y académico alemán Peter Berglar, autor del libro La hora de Tomás Moro, señaló razones bastante diferentes para la ejecución de herejes de aquellas que inculparon a Tomás Moro. Belglar indicó que durante los doce años comprendidos entre 1519 y 1531, tiempo de influencia ascendente de Tomás Moro como Vicecanciller del Tesoro (1521), canciller del Ducado de Lancaster (1525), juez de la Cámara de la Estrella (1526), asesor del cardenal Thomas Wolsey, hasta su nombramiento como Lord Canciller el 26 de octubre de 1529, no se pronunció ni una sentencia de muerte por herejía en la diócesis de Londres. En cambio, fue durante la caída de Tomás Moro comenzaron las ejecuciones de herejes.
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